Hoy ha terminado la semana de puertas abiertas del Taller de Teatro Asura a la que he dedicado gran parte de mi tiempo libre. El martes disfruté de una clase de improvisación de la mano de Raquel Racionero, la misma profesora con la que el miércoles di teatro en movimiento. Por último, el viernes descubrí lo que era es un match de impro, gracias a Borja Cortés.
Una semana de puertas abiertas es una buena técnica de marketing experiencial para un taller de teatro. Nunca me habría apuntado a un curso de teatro en movimiento o de match de impro porque no sabía lo que era. Ahora, después de haberlo experimentado, tengo grandes tentaciones.
En la clase de impro del martes pude comprobar que existen unas reglas universales y unos juegos comunes, aunque cada profesor pueda personalizarlos. Con lo cual, el que una clase de impro sea mejor o peor dependerá del profesor y de los compañeros pero no de la materia impartida porque básicamente será la misma.
El teatro en movimiento fue todo un hallazgo. Al día siguiente tenía más agujetas que si hubiera ido al gimnasio. La idea es analizar movimientos que hacemos en la vida diaria para teatralizarlos de la forma más verosímil posible.
El viernes, en la clase de match de impro, lo pasé muy bien. Descubrí que en un match participan equipos. Hay un árbitro que dice cuántas personas de cada uno partiparán en el match, que puede ser comparado o mixto. También dará un tiempo, un título y un estilo. El público vota aquella actuación que le haya gustado más.
Es una competición teatral y como tal es preciso un entrenamiento. Se trabajan la escucha, la creación de personajes, de tramas, de finales, los estilos…Tentador.