Este años los Reyes me trajeron un libro de la Biblioteca BlowUp, Libros únicos, de La Fábrica, titulado «Nuevas Greguerías«. Es una recopilación de greguerías de Ramón Gómez de la Serna, muchas de ellas inéditas, ilustradas con fotos de Chema Madoz, uno de mis fotógrafos preferidos. Hace meses que lo tengo rondando por la casa. Me resistía a terminármelo.
Cada greguería de Ramón Gómez de la Serna, igual que las fotos de Chema Madoz, en una sola frase, en una sólo instantánea, dispara mi imaginación. Es posible que la primera vez que la lees, la primera vez que la miras, no te diga nada. Pero si la lees una segunda vez despierta tu imaginario. Te hace pensar, viajar, soñar, reír…
El libro empieza con un artículo de Laurie-Anne Laget, titulado «Hacer evidente lo insólito», en el que se explica, entre otras cosas, el proceso creativo de Ramón Gómez de la Serna. Se encerraba en un torreón, cuyas paredes iba cubriendo con fotos. Luego se proponía relacionar dos de ellas, que no tuvieran nada que ver.
También se cuenta que el autor daba conferencias sobre greguerías. Llevaba una maleta con objetos de lo más variopinto, la mayoría de ellos procedentes del Rastro. En directo, los iba sacando e improvisaba una greguería.
En las conferencias que dio en Argentina y Chile en los años treinta, el autor soltaba un montón de globos que llevaban colgando un papelito con una greguería escrita de su puño y letra.
He encontrado varios tipos de greguerías en este libro (y seguro que me dejo alguno):
- Las redefiniciones de palabras:
– Vaho en el espejo: beso del más allá.
– Barbecho: tierra sin afeitar.
– Marineros: setas de barco
- Las puramente gráficas:
– Las cigüeñas tijeretean el cielo.
– Leía las revistas como si estuviera tocando el acordeón.
– Saturno es el único astro legalmente casado del cielo.
- Aquellas que surgen de la apariencia de las letras, palabras o números.
-La X es la silla de tijera para que descansen las palabras cansadas.
– Antigüedades, llevan la carcoma en los puntos de su diéresis.
– 444444444: cigueñas en fila.
- Sinónimos que se sacan de contexto. El sujeto de la frase te remite a una realidad. Súbitamente, el predicado te hace viajar hacia otra lejana.
– Las castañas están encuadernadas.
- Las que evocan una historia.
– En los gemelos del teatro hay óperas en conserva.
– Cuando se retrasa la luna en el amanecer lleva los zapatos en la mano para que no la sientan llegar a su casa.
– Salía tanto vapor de la olla que la niña exclamó: ¡Mamá, se está quemando el agua!
– El salero de la mesa oye las conversaciones y les añade gracia.
– Cuando llueve hay menos gente en la calle, como si la población hubiese encogido con el agua.
– El pasado hubiera querido ser porvenir pero vino demasiado pronto al mundo.
Estos son sólo algunos ejemplos de un libro mágico que merece la pena leer y releer.