Ayer falleció Jose. Todos nos quedamos bastante descolocados. Era algo objetivamente esperable pero que, cuando conocías a Jose, parecía imposible. Le oías hablar de estos cinco años conviviendo con la enfermedad y llegabas a pensar que Jose era inmortal, un superhombre, un nuevo mesías enviado para enseñarnos tantas y tantas cosas.
Me ayuda pensar que Jose vive en cada uno de nosotros. Los que tuvimos la suerte de conocerle, en persona, a través de los medios de comunicación o incluso los que sólo nos habéis oído hablar de él. Todos llevamos un cachito de Jose en nuestros corazones, en nuestra imaginación, en nuestra forma de vida. Porque Jose nos enseñó mucho, tanto que era imposible guardárselo para uno mismo. Todos sentimos la necesidad de transmitir lo que nos enseñaba, le citamos y le pusimos como ejemplo de lucha, de tesón, de optimismo, de alegría, de generosidad, de entrega, de AMOR…
Tatiana nos pedía ayer que cuando hagamos una obra de caridad la ofrezcamos en nombre de Jose. Ése habría sido su deseo, porque Jose quería que todos fuéramos mejores personas, que amáramos sin límite, que viviéramos en el amor.
Hoy «20 Minutos» vuelve a dedicar unas líneas a Jose. Supongo que esta vez se enteraron de la noticia a través del blog de mi padre. Una vez más, GRACIAS.