Corría el año 2001 cuando, durante mi año Erasmus en Bruselas, conocí a Jonathan. Fue mi primer amigo belga y, gracias a él, conocimos a otros tantos. Tras mi regreso a España, nos hemos visto varias veces, pero hacía años que no sabía de él hasta que me dio a conocer su proyecto: Tiendeo. Siento que lo he visto nacer. Participé en una encuesta para definir utilidades. Posteriormente en otra para decidir el logo. También fui informada puntualmente de su lanzamiento en Barcelona. Y hace un mes, de su presentación para el público madrileño.
Tiendeo es un buscador de ofertas geolocalizadas en catálogos digitalizados.
La primera vez que me metí me pareció un poco precario: una especie de web con catálogos escaneados colgados. Ahora, algunos meses después, estoy impresionada con el gran cambio que ha experimentado Tiendeo. He buscado «televisor» en mi barrio. Tiendeo me ha devuelto un listado de catálogos de diferentes tiendas con la página en la que puedo encontrar la oferta de televisores. Tiendeo cuenta con 12 categorías: Alimentación, droguería y perfumería, electrónica, hogar, jardín y bricolaje, juguetes y bebés, libros, moda, ocio, turismo y vehículos/recambios. Si hoy me ha sorprendido la respuesta de Tiendeo ante mi búsqueda, dentro de unos meses, según se vayan firmando acuerdos con otras tiendas, el resultado puede ser increíble. Lo seguiré de cerca.
Los creadores de Tiendeo tienen un blog, Eco-Tiendeo, en el que cuentan iniciativas de RSC de las tiendas. Y tiene todo el sentido porque Tiendeo es un proyecto responsable cuyo fin es terminar con los folletos impresos y salvar 100.000 árboles en 2011: «Varios estudios demuestran que cada año llega a tu buzón postal una media de 30 Kg. de publicidad impresa, cuyo transporte, producción e impresión libera a la atmóstera unos 60 Kg. de CO2». Todos podemos solicitar una pegatina para nuestro buzón con el slogan: «Por favor, no quiero publicidad. Consulto catálogos en tiendeo.es».